PÉRDIDA DE PESO
Llega la primavera y con ella las buenas temperaturas. Cambiamos la ropa de invierno por otra más ligera y, a menudo, nos damos cuenta de la realidad: hemos olvidamos cuidarnos durante los meses de invierno. La estrategia a poner en marcha nos llevará a la pérdida de peso siendo la prioridad cuidarse y la consecuencia, de esta búsqueda de salud y del cuidado de la misma, adelgazar.
¿Qué hacer entonces con esos kilos de más que hemos ganado? No podemos seguir así, hemos de recordar que todo no vale. La estrategia a poner en marcha tiene que tener como prioridad cuidarse y así la pérdida de peso será la consecuencia de la búsqueda de la salud y del cuidado de la misma.
Hemos de plantearnos cuidar nuestra alimentación, tomar mayores cantidades de fruta, de verduras, productos integrales, legumbres, tamaños menores de proteínas animales… En la consulta de pérdida de peso, los dietistas-nutricionistas, trabajamos con cada paciente para encontrar hábitos alimenticios adecuados y potenciarlos, no se trata solo de perder peso, de adelgazar, es cuestión de entender dónde han estado las equivocaciones que finalmente nos han llevado al sobrepeso o a la obesidad. Es cuestión de educación alimentaria para la pérdida de peso.
El término «dieta» lo asociamos a algo negativo, que nos frustra, angustia y castiga, pero ese no es el significado real del término. Etimológicamente la palabra «dieta» proviene del latín y del griego significando «régimen de vida». También se emplea como sinónimo de «régimen alimenticio», esto es, las cantidades de alimentos, platos, combinaciones de alimentos, que una población consume habitualmente. A veces se emplea el término «llevo un régimen dietético» refiriéndonos al modo de comer de personas, sanas o enfermas, que precisan un cuidado específico en su alimentación en un periodo determinado, por una enfermedad, por una diabetes gestacional, por una gastritis, por ejemplo.
Resumiendo, al final todos seguimos una dieta. Se trata de lograr sea, lo más adecuana posible a nuestra salud, a la prevención de la enfermedad, a nuestros gustos personales, a nuestra vida laboral… Cuando nos olvidamos que a través de la dieta mantenemos la salud, y evitamos enfermar… aparece por ejemplo el sobrepeso y la obesidad.
Si queremos alcanzar un peso saludable, solo hay una manera de lograrlo: cuidando lo que comemos y manteniéndonos activos. Comidas más frugales y menos sillón, harán que nos sintamos mucho mejor.
Algo que tampoco podemos olvidar, y nos lo recuerdan las sociedades científicas españolas relacionadas con el estudio de la obesidad, como la SEEDO o la Asociación Americana de Dietética, es que existen muchos tipos de dietas fraudulentas que nos prometen quitarnos unos kilos de manera rápida. Que no os confundan, no son seguras ni efectivas a largo plazo, no nos educan, son drástricas, venden aire (en forma de «galletitas», «batidos», y potingues varios). Este tipo de dietas para la pérdida rápida de peso no son opciones saludable, ponemos en peligro nuestra salud y nuestro metabolismo y, además, tened claro que cuando hablamos de sobrepeso u obesidad estamos hablando de un exceso de peso procedente de la masa grasa, atentos, no de la masa muscular. Es el exceso de masa grasa el nocivo, en el que los dietistas-nutricionistas nos centramos cuando prescribimos un plan de alimentación para bajar peso de ella, no de la masa muscular.
Para la pérdida de peso, para adelgazar, ponte en manos de tu dietista-nutricionista. Te dará consejos dietéticos basados en evidencias científicas, te guiará en los cambios alimentarios que pueden ayudarte a mejorar tu salud y estilo de vida, y no olvidará recomendarte una vida activa. El dietista-nutricionista realiza controles periódicos pues las revisones en tu alimentación y estado de salud son necesarios, te ofrecerá respuestas y aclaraciones a las dudas que te surjan.
Recuerda, te podemos ayudar en la consulta.